El color es la esencia de la vida. Los interiores nórdicos buscan mucho la claridad del blanco, pero no conciben ningún interior sin pinceladas de color. En las siguientes imágenes te ofrecemos ideas que te inspirarán en tu búsqueda de romper la frialdad de los espacios.
Pinceladas de color en accesorios
Los interiores escandinavos ya sabemos que buscan la luminosidad y la claridad, pero demasiados colores blancos pueden acabar creando espacios sin vida. Para que eso no ocurra, el color se introduce en pequeñas pinceladas en accesorios, pequeños muebles pequeños, telas, etc.
La imagen superior nos trae tres buenas ideas de cómo aplicar color, personalidad y dinamismo a un interior nórdico.
Papel pintado para crear contrastes
Esta imagen es una buena muestra de lo que afirmábamos al inicio del artículo, que los colores claros deben ser la base fundamental para crear un estilo nórdico acertado. Pero en ella a la vez vemos una sensacional idea para crear un contraste personal en el espacio y romper con la frialdad de la blancura cromática.
Este pequeño espacio creado con papel oscuro de formas clásicas se encarga de delimitar la zona de estudio que se ha buscado crear dentro del dormitorio. El contraste del papel se completa con el que se crea también con las sillas negras, la mesa de escritorio blanca y ese candelabro de forma alargada.
El blanco como principal protagonista
El color blanco se asocia generalmente a frialdad e impersonalidad, pero cuando éste se utiliza con estilo y se combina con los elementos apropiados, éste es capaz de crear espacios animados llenos de vitalidad y luminosidad.
La imagen superior es un buen ejemplo de ello, con un espacio en el que blanco está omnipresente pero que presenta una personalidad encantadora que nos hace sentir bien. Las diferentes pinceladas de color que se han colocado en cojines, sillas, o diferentes elementos del salón trasmiten vitalidad, lejos de la frialdad que en principio podríamos presuponer.
Cojines de colores para animar espacios
En decoración, y aún más particularmente en los países nórdicos, el toque final se crea con los pequeños accesorios como los cojines. Éstos son fáciles de colocar, nos ofrecen grandes resultados y, lo mejor de todo, a través de ellos podemos colocar pequeñas pinceladas de color en cualquier rincón de la casa. Por ello el uso de cojines es incuestionable.
El truco en una decoración nórdica es utilizarlos desparejados en cuanto a forma, y que combinen entre ellos a través de los colores. Atrévete a combinar formas geométricas y colores vivos, incluso psicodélicos.
Colorido para romper la frialdad
Romper la frialdad del blanco y de los colores suaves es necesario para huir de una sensación de impersonalidad que no nos dejará descansar y nos hará sentirnos bien. De eso saben bien en la casa de las imágenes superiores, y para ello han introducido multitud de pinceladas de color por toda la casa.
Las que vemos en las imágenes son las más destacadas, como por ejemplo los libros de tapas de colores expuestos en las estanterías de un mueble (blanco, por supuesto) con cristalera. Con una buena base de blanco se puede dar color incluso a un dormitorio, en el que vemos que se han introducido un buen número de colores vivos y animados.